El año 2021 fue un año muy especial e importante para la Hermandad Sacramental y Carmelitana de los Gitanos de Madrid, pues, a lo largo del mismo, celebraba su 25 Aniversario Fundacional. Con motivo de este acontecimiento, mi querida Hermandad del Silencio, que está unida por estrechos vínculos fraternales a la corporación del Miércoles Santo desde su creación, quiso tener un detalle con ella; un regalo para sus Sagrados Titulares que, precisamente, diese testimonio físico de la especial unión entre ambas Hermandades. En consecuencia, se me encargó el diseño de un broche pasador para la Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud, y una cruz pectoral para la de María Santísima de las Angustias, otorgándome así el inmenso honor de plasmar en este proyecto no sólo esa singular fraternidad, ese hermanamiento oficioso que, como digo, existe entre ambas cofradías matritenses, sino también la importancia del acontecimiento que se conmemora con dichas piezas, nada más y nada menos que las bodas de plata de la cofradía carmelitana.
El broche pasador está compuesto por una cartela típicamente barroca, que recuerda por sus trazas a las cartelas de los retablos y capillas del Barroco madrileño, en cuyo interior se abre un medallón circular calado donde se entrelazan y fusionan el escudo de la Orden del Carmen y el monograma JHS, típicamente asociado a las representaciones de Jesús Nazareno, como es la Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud. De esta forma, he querido captar en esta pieza dos de los hechos fundamentales de la corta pero intensa historia de la corporación: por un lado su mudanza de la Parroquia de San Jerónimo el Real a la de Nuestra Señora del Carmen y San Luis Obispo, que potenció enormemente la vida de la Hermandad; y, por otro lado, el gran esfuerzo que la Hermandad, una vez instalada en su actual Sede Canónica, hizo para revitalizar el culto público a la venerada imagen de la Virgen del Carmen, que fructificó no sólo en la recuperación y consolidación de la que hoy es una de las Glorias más importantes de Madrid, sino también en la definitiva fusión de la corporación pasionista con la Hermandad letífica (y con la Sacramental que residía en el mismo templo), que convirtió a la primera en Hermandad carmelitana. En ese motivo central, las tres estrellas del escudo carmelitano estána dornadas con engastes de brillantes, mientras que las letras del monograma están salpicadas de pequeños zafiros. La cartela está rodeada por un resplandor de rayos biselados exentos que completa una pieza sencilla pero hermosa, elegante y acorde con el estilo de la Sagrada Imagen a la que debe servir como adorno.
Por su parte, la cruz pectoral de María Santísima de las Angustias es sumamente clásica, por cuanto pretende acrecarse al aspecto de las cruces pectorales del siglo XVI y XVI, de las que el vecino Monasterio de las Descalzas Reales guarda algunos ejemplares notables. Así, el cuerpo de la cruz es recto y alberga en su interior engastes de piedras preciosas de color azul, el tono distintivo del manto y el palio de la Santísima Virgen, que se alternan con pequeñas flores, cuyo centro lo forman unas perlas engastadas. Los brazos de la cruz se rematan con pequeñas hojas de acanto y unas clásicas perillas, mientras que en el centro de la misma aparece el monograma AVE MARÍA del que parte un resplandor con rayos de puntas.
Las piezas fueron ejecutadas por el joven y prometedor orfebre sevillano Manuel Casiano Fernández, en metal bañado en oro, perlas cultivadas, brillantes, zafiros y cristales Swarovski, y se entregaron a la Hermandad Sacramental y Carmelitana de Los Gitanos a finales del pasado año 2021.